Vida Sana
Todas las parejas tienen conflictos. Para algunas personas, las batallas son por dinero; para otras, por falta de vida sexual o por un patrón de discusiones constantes. Y la pandemia del coronavirus ha agregado otro potencial factor de estrés: más tiempo en casa juntos, lo que puede exacerbar las tensiones o exponer grietas ocultas en una relación.
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La terapia puede ayudar. Al contrario de lo que algunos pueden creer, no se trata de señalar con el dedo quién hizo qué o quién es el culpable. Más bien, “la terapia de pareja proporciona herramientas para comunicarse y pedir lo que se necesita”, explica Tracy Ross, terapeuta de relaciones y familia en la ciudad de Nueva York.
Si estás en el grupo de los escépticos, toma nota: según la APA (American Psychological Association), alrededor del 75% de las parejas que optan por la terapia dicen que mejora sus relaciones. “Muchas parejas me dicen que es la única hora de la semana en la que están concentrados el uno en el otro, sin distracciones”, cuenta Ross.
Muchas parejas luchan en la relación durante años antes de probar la terapia, dice la Dra. Gail Saltz, profesora clínica asociada de Psiquiatría de la Facultad de Medicina Weill Cornell del New York-Presbyterian Hospital, pero “siempre es mejor empezar lo antes posible”. El comportamiento malsano y los sentimientos de resentimiento pueden ser más difíciles de cambiar cuanto más tiempo continúan.
¿Un gran obstáculo para conseguir ayuda? Cuando solo una persona en la relación está ansiosa por el cambio. “A veces uno está muy dispuesto a trabajar y la otra persona, no”, dice Saltz. “En última instancia, ambos tienen que participar”.
Estas son nueve razones comunes por las que las parejas buscan ayuda en la relación.
1. Se han distanciado
Después de años de matrimonio, algunas parejas ya no se dedican uno al otro y solo coexisten como compañeros de casa. La incidencia de los divorcios llega a su punto máximo en distintos momentos, dice David Woodsfellow, psicólogo clínico y terapeuta de parejas y fundador y director del Woodsfellow Institute for Couples en Atlanta. “La cresta de la primera ola se da a los siete años, aproximadamente”, señala. “La cresta de la segunda ola es a los 21 años. Ese segundo divorcio suele ser un divorcio causado por el distanciamiento. Es por evitarse, no por pelear”.
“He escuchado a parejas decir 'nosotros manejamos un hogar juntos, pero no hay conexión o intimidad. Pero ambos estamos tan ocupados que no importa'”, dice Ross. “Un distanciamiento así puede durar mucho tiempo, ya que las personas llenan su vida con otras cosas e ignoran cualquier soledad o necesidades que tengan. Entonces algo sucede: se jubilan o los hijos dejan el nido, y ellos se miran el uno al otro y se preguntan: ¿quiénes somos como pareja ahora?”
Las parejas a menudo olvidan lo que las unió en primer lugar, por qué se enamoraron, observa Saltz. “Si has estado con alguien mucho tiempo, has construido una vida, recuerdos y una historia que no puedes recuperar con otra persona. La terapia de pareja puede ayudar a reavivar eso”.
2. Se pelean por dinero
El dinero siempre ha sido un tema polémico para las parejas, pero si agregamos las preocupaciones adicionales de la edad más avanzada a las que se enfrentan los “baby boomers” —por ejemplo, posibles problemas de salud, menos (y menos) años para poder ganar dinero, sin mencionar las pésimas tasas de interés—, existe un ambiente propicio para la fricción financiera. En una encuesta de Harris Interactive, el 36% de las personas casadas de 55 a 64 años dijeron que los asuntos de dinero causan discusiones entre los cónyuges.
Los enfrentamientos pueden deberse a diferentes estilos de gasto o a desacuerdos sobre cómo ahorrar (y gastar) para la jubilación. Puede haber estrés por no tener suficiente dinero, o desigualdades en la forma en que se manejan los ahorros. “El dinero puede evocar fuertes sentimientos de ira, ansiedad y envidia”, dice Ed Coambs, quien se especializa en consejería de parejas y terapia financiera en Matthews, Carolina del Norte. “Tiene un valor asociativo tan alto con el poder que, a menos que la persona que gana menos tenga otro lugar de influencia psicológica, puede crear un desequilibrio en la relación”.
La terapia ayuda a las personas a entender su relación con el dinero y la forma en que moldea sus pensamientos sobre sí mismos y sobre otros, explica Coambs. A menudo, la manera en que vemos y manejamos las finanzas está vinculada a experiencias pasadas. Él les pide a los clientes que dibujen un árbol familiar y hablen de cómo se trataban los asuntos financieros en la familia de cada miembro de la pareja: cómo sus padres ahorraban, gastaban y hablaban del dinero. Este ejercicio los ayuda a ser más conscientes de sus conductas de gasto y a “desarrollar más empatía financiera entre ellos”, explica.
3. Uno de ellos ha sido infiel
Una de las razones más comunes para ir a terapia de pareja es intentar reparar un abuso de confianza; en términos menos delicados, el engaño. La AAMFT (Asociación Estadounidense para Terapia Matrimonial y Familiar) halló que el 15% de las mujeres casadas y el 25% de los hombres casados reportan haber tenido una aventura extramatrimonial.
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