Cómo la fe y la espiritualidad pueden desempeñar una función importante en el cuidado familiar

En cierto momento, cuando Miller cuidaba de sus dos padres, a su esposo le diagnosticaron cáncer. "Lo que me ayudó a seguir adelante fue la creencia espiritual de que el mayor regalo que puedes darle a alguien que amas es estar allí y caminar con esa persona en el momento más aterrador de su vida. Para algunos, es algo religioso; para otros, se basa en la fe. Y para mí fue espiritual. Lo describo como estar en el flujo del universo, quizás una forma más budista de ver las cosas".

Cuando ella piensa en lo que significar ser cuidador, se imagina un vaso de agua y señala la necesidad de tomar constantemente de tu propio vaso para darle a la otra persona. "La realidad es que si no encuentras un mecanismo para volver a llenar el vaso de agua, vas a sentir un vacío emocional y físico", dice Miller. "En esa situación, el replanteamiento es algo muy poderoso [...] que te permite descubrir lo que puede ayudarte a ver el vaso no como algo que se está agotando, sino como algo hermoso que vuelve a llenarse con cosas que son significativas para ti". 

Un vínculo a la salud mental

El Dr. David H. Rosmarin, de 45 años, profesor adjunto de Psicología en la Facultad de Medicina de Harvard, aborda la espiritualidad y la religión como médico y científico, y busca formas en que estas creencias pueden estar vinculadas a la salud mental de manera positiva y negativa. "La espiritualidad es un dominio poderoso de la vida, que a menudo ha sido ignorado por el sistema de salud", dice. "Los científicos y los médicos ven el mundo a través del lente secular con el que fueron capacitados, pero esa perspectiva puede fallar cuando se trata del corazón, la mente y el alma de las personas que están afrontando dificultades. Los cuidadores, en particular, a menudo se inclinan hacia los recursos espirituales durante su desafiante camino".

A lo largo de su carrera como ministro y copastor de la Iglesia Presbiteriana Rye, Dan Love, de 60 años, de Rye, Nueva York, ha aconsejado a cuidadores y a personas que reciben cuidados. El año pasado, le diagnosticaron mieloma múltiple y su esposa, Carol, de 58 años, se convirtió en su cuidadora.

"Valoro mucho ser parte de una comunidad donde las personas manifiestan la fe, la creencia en Dios, a través de sus interacciones conmigo", dice Dan. "Cuando las personas se hacen preguntas importantes sobre la vida, esa es una oportunidad para pensar en Dios y la fe de diferentes maneras. Hemos estado tan agradecidos por las personas (algunas que incluso no conocemos) que se comunican, que nos traen comida o que nos regalan esas flores que simplemente aparecen. Ese es el poder de vivir en comunidad, ser parte del círculo de apoyo".   

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Carol está de acuerdo. "Se puede acceder a una fuente de sabiduría y discernimiento cuando se ofrece apoyo a alguien", dice. "Uno se puede dar cuenta cuando a un cuidador se le está dificultando encontrar una solución al problema de otra persona. 'Solo estoy tratando de ayudar' puede ser una frase cargada de implicaciones con la que los cuidadores explican su deseo de solucionar la situación. Tú eres el cuidador; Dios es el curador. Parte de ser cuidador es estar dispuesto a admitir que no tenemos todo resuelto y que necesitamos ayuda nosotros mismos". 

Carol también está agradecida por los amigos que han aparecido en su vida para ayudarla a "nombrar el lado oscuro, pero facilitar el lado positivo". 

"Cuando te sientes aislado y estás solo, es crucial poder hablar de los momentos aterradores y poder acceder a un recuerdo que evoque cómo Dios aparecerá", dice ella.

Como ministro y ahora como receptor de cuidados, Love ha visto la fe en cada aspecto de su diagnóstico y tratamiento. "No sé cómo la gente recorre este camino sin fe", dice. "Estoy cansado del lenguaje que dice que solo debes mantener una actitud positiva. En lo que respecta a mi fe, es más importante la autenticidad que la positividad. Deja espacio para que salga la ira, la tristeza y las preguntas inevitables. Si nos estamos tragando todo eso, estamos obstruyendo los tubos que permiten que la gracia fluya". 

Encontrar un propósito que calme el alma

Ralph Patrick, de 62 años, de Allenspark, Colorado, es un consultor sobre demencia y director espiritual que considera que la espiritualidad es fundamental en el camino del cuidador. "Veo la espiritualidad como un espectro, y las personas pueden practicarla de diferentes maneras", dice Patrick. "Algunas personas necesitan más que el dogma y los rituales de la religión. La espiritualidad también puede ayudar a los cuidadores a ser amables con ellos mismos, porque ese rol implica mucha culpa".

Patrick pregunta qué alimenta el alma o espíritu de una persona, y ese alimento puede encontrarse en la naturaleza, la música, el arte, la poesía, la comunidad, los niños, la jardinería, los animales, o simplemente al tomar la mano de alguien cuando necesita consuelo. "Mi propio 'tiempo con Dios' a veces es algo tan simple como tener a mi nieta recién nacida durmiendo en mis brazos", señala.

"Como cuidador, a menudo no sientes que estás logrando mucho", dice Patrick. "La mayoría de las personas no reconocen eso en las pequeñas acciones del día. Para los cuidadores, la clave es determinar cómo evitar perderse en ese proceso, y la fe y la espiritualidad pueden ayudar. Se trata de concentrarse en el ser, no solo en el hacer, porque siempre estás haciendo algo por los demás". 

Fomentar nuestra "plenitud"

El capellán jubilado Bruce Tamlyn, de 72 años, de Silver Bay, Nueva York, quien ha luchado contra el linfoma no Hodgkin, cree que cada persona tiene la oportunidad de influir en su propia curación y en la curación y el cuidado de los demás.

"Cuando recibí el diagnóstico, tuve que dejar de preocuparme por tantas cosas", dice Tamlyn. "Para mí, fue una oportunidad para profundizar mi trayecto de vida y preguntarme qué significa amar y estar presente para los demás, cómo voy a pasar mi tiempo y qué es importante en mi vida".

A Tamlyn le preocupa que la sociedad de hoy no fomenta nuestra plenitud como personas.

"Hay tanto énfasis en lo externo y en las 'cosas', pero eso no nos hace sentir plenos. La palabra 'shalom' significa paz en la cultura judía, y es una plenitud y riqueza en nuestra vida, una perspectiva de mente-cuerpo-espíritu. Si no la encontramos dentro de nosotros, nunca la vamos a encontrar externamente".

Él considera que la conciencia plena es una parte hermosa del cuidado; la habilidad de rezar o calmar la mente para hacer el trabajo interno y ver el cuidado como una oportunidad para estar con un ser querido y reformular la experiencia. "He conocido a cuidadores que hablan de 'una amarga hora más' con respecto al tiempo que dedican a ser una presencia amorosa para la persona que los necesita. La conciencia plena te ayuda a intentar ver esto como una oportunidad para estar allí para esa persona", dice Tamlyn. "Quienes dicen que no tienen fe ni creencias espirituales emprenden su propio camino, y tenemos que respetar y aceptar eso. No se juzga, especialmente en el cuidado".  

Amy Goyer, de 63 años, experta de AARP en asuntos de la familia y el cuidado de los seres queridos y moderadora del grupo de discusión para cuidadores familiares de AARP en Facebook, resume la importancia de la fe y la espiritualidad en el cuidado según la obra de la autora Anne Lamott, quien escribe frecuentemente sobre la fe. "Cuando era cuidadora de mis padres y mi hermana, a menudo usaba la oración que escribió Anne, que es perfecta cuando no tienes las palabras o la energía", dijo. "Es simplemente '¡AYUDA!'". Goyer todavía usa la simple oración y encuentra consuelo en ella. "Creo en un amor más grande que siempre está aquí para ayudar. ¡Y es útil pedir ayuda!".

*Se cambió el apellido para proteger la privacidad.