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11 errores con tus medicamentos que debes evitar

Errores comunes con los medicamentos que podrían ser perjudiciales para tu salud


spinner image Frasco de medicamentos con varios avisos e instrucciones pegadas.
Collage de fotos: AARP (Fuente: Getty Images)

 

Tomar un medicamento correctamente y a tiempo cada día puede ser un desafío. De hecho, las investigaciones muestran que hasta el 50% de todos los pacientes no siguen correctamente las instrucciones de su medicamento.

Para los adultos mayores que a menudo manejan múltiples medicamentos, el desafío es aún mayor.

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“Sus regímenes son más complicados”, dice el Dr. David Bates, director del Centro de investigación y práctica de seguridad del paciente del Brigham and Women's Hospital y profesor de Medicina en la Facultad de Medicina de Harvard. “Cuantos más medicamentos tomas, más fácil es confundirte”.

Con cada medicamento que tiene su propia dosis, horario e instrucciones, mantener todo en orden puede ser abrumador. Así que no es de extrañar que ocurran errores con el medicamento, ya sea olvidar una dosis, tomar un medicamento en el momento equivocado o malinterpretar las instrucciones.

Los errores con los medicamentos pueden causar daño real al paciente, llevando a malos resultados, hospitalización o incluso la muerte en casos graves. Anualmente, cerca del 15% de los adultos mayores que acuden a un médico o a un hospital han sufrido un problema con un medicamento, según muestran las investigaciones; en aproximadamente la mitad de los casos, el problema pudo haberse prevenido. AARP les pidió a expertos que identificaran algunas de las formas en las que es más probable que tengas problemas con los medicamentos, y cómo prevenir cada problema.

1. Error: te saltas una o más dosis

Uno de los errores más comunes con un medicamento es saltarse una o más dosis, ya sea una estrategia intencional para ahorrar dinero o simplemente porque lo olvidaste. Un estudio del 2021 encontró que el 8% de los adultos en el país, o alrededor de 9.2 millones de personas, no toman sus medicamentos según se les recetó debido al costo.

Aunque saltar una o dos dosis puede parecer inocuo, esto puede tener consecuencias significativas, dice Bates. Por ejemplo, si tiene diabetes, no tomar insulina puede provocar niveles elevados de azúcar en sangre que ponen en peligro tu vida.

Para estar al día con tus medicinas, configura recordatorios en tu teléfono, usa un organizador de pastillas o pide la ayuda de un amigo o familiar.

Si el costo es el problema, habla con tu farmacéutico sobre las opciones, sugiere Chad Worz, un farmacéutico geriátrico y director ejecutivo de la Sociedad Americana de Farmacéuticos Consultores. Los farmacéuticos pueden buscar descuentos o hablar con tu médico para ver si se puede recetar un medicamento menos costoso.

“Especialmente si es un medicamento de marca, los fabricantes podrían ofrecer una forma de pagarlo”, dice Worz. “También hay muchos programas que ayudan”.

2. Error: te saltas una pastilla y luego tomas dos

¿Alguna vez has olvidado si tomaste una pastilla y te tomaste otra por si acaso? Duplicar las dosis de medicamentos puede ser peligroso, dice Hedva Barenholtz Levy, farmacéutica geriátrica y autora de Maybe it's Your Medications.

Una sobredosis de un anticoagulante puede causar sangrado, por ejemplo, mientras que tomar demasiado de un betabloqueador puede causar una presión arterial peligrosamente baja, mareos y desmayos.

“No lo tomes si no estás seguro”, dice Barenholtz Levy. “Consulta con tu farmacéutico antes de tomar una segunda pastilla o de saltarte la dosis por completo”.

Si sabes que olvidaste una dosis y es un medicamento que tomas dos o tres veces al día, también necesitas considerar cuán cerca estás de la próxima dosis. “Si recuerdas la dosis que olvidaste dentro de dos horas, sí, toma el medicamento tan pronto como lo recuerdes”, dice Barenholtz Levy. “Si ya está cerca la hora de la próxima dosis programada, entonces debes saltarte la dosis que olvidaste y simplemente tomar la próxima dosis a la hora programada”.

Para hacerlo más fácil, usa un pastillero que tenga compartimentos para cada día. Algunos pastilleros “inteligentes” incluso tienen alarmas o se acoplan a aplicaciones de teléfonos inteligentes para enviar recordatorios. Otra opción: algunas farmacias pueden poner tus medicamentos en paquetes o bolsitas etiquetadas por día y hora para facilitarte el seguimiento de las pastillas.

3. Error: sales corriendo de la farmacia

Cuando estás recogiendo recetas en la farmacia, puedes sentir la tentación de agarrarlas e irte.

Pero a veces los farmacéuticos les dan a los pacientes el medicamento equivocado o la dosis incorrecta, lo cual puede tener consecuencias devastadoras. Un estudio de revisión estima que los errores de dispensación (en inglés) afectan a más de 2 de cada 100 medicamentos distribuidos por las farmacias locales.

Así que no importa cuántas personas estén esperando detrás de ti en la fila, tómate un minuto para verificar que hayas recibido el medicamento correcto en la dosis que esperabas, dice el farmacéutico Michael Gaunt, gerente sénior de programas de informes de errores en el Instituto para Prácticas Seguras de Medicina. “Los pacientes se sienten presionados en el mostrador, pero tómate el tiempo para abrir la bolsa y asegurarte de que es el medicamento correcto”. Asegúrate de que tu nombre esté en la etiqueta, en la botella e incluso abre la botella en el mostrador para ver si se ve igual. Si no se ve igual, pregunta al respecto.

También es un buen momento para hacer cualquier pregunta que tengas sobre tus medicamentos, posibles interacciones, y cómo y cuándo tomarlos, dice Gaunt.

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4. Error: trituras o partes pastillas que no están destinadas a ser partidas

Triturar o dividir una pastilla parece una solución fácil si tú o un miembro de la familia tienen problemas para tragar. Los pacientes también dividen las pastillas para obtener una dosis más baja.

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Sin embargo, siempre debes consultar antes con tu farmacéutico o médico, porque algunos medicamentos no son seguros para pulverizar o dividir, dice Gaunt. También puedes revisar el prospecto en la sección “Cómo se suministra” para ver si la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) ha aprobado dividir el medicamento.

Los medicamentos de liberación prolongada o de liberación controlada tienen recubrimientos especiales diseñados para liberar el medicamento durante un período prolongado.

Si los partes o los aplastas, “la medicina ya no se libera a un ritmo controlado”, explica Gaunt. “Eso hace que todo el medicamento esté inmediatamente disponible para el cuerpo, lo que crea un riesgo de sobredosis o de efectos secundarios como la hipoventilación (depresión respiratoria)”.

Otros tipos de medicamentos que no se pueden dividir o triturar tienen recubrimientos para ayudarlos a pasar por el estómago para que el intestino delgado pueda absorberlos o para evitar que el medicamento irrite las membranas mucosas y otros órganos.

5. Error: partes las pastillas con un cuchillo

Si tus pastillas son seguras para dividir, no intentes cortarlas con un cuchillo o romperlas con la mano, dice Bates. Podrías aplastarlas o terminar con piezas desiguales, dice: “Podrías estar recibiendo 7/10 de una dosis un día y 3/10 de una dosis al día siguiente”.

En cambio, compra un cortador de pastillas de plástico barato en tu farmacia local, sugiere Bates. Son precisos y fáciles de usar, y generalmente se venden por menos de $10.

Divide las pastillas según las necesites en lugar de todas a la vez. Factores como el calor y la humedad son más propensos a afectar las pastillas que se han dividido, según la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA).

6. Error: tomas demasiadas pastillas

Tomar cinco o más medicamentos al mismo tiempo, llamado polifarmacia, aumenta tu riesgo de experimentar un problema con el medicamento o una interacción peligrosa, dice Worz. También se asocia con demencia y un mayor riesgo de caídas. Además, tener todas esas recetas es caro y hace que sea más difícil tomarlas en los momentos adecuados.

Así y todo, en las últimas dos décadas, el porcentaje de personas de 65 años o más que toman cinco o más medicamentos recetados se ha triplicado del 14 al 42%, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). En muchos casos, los pacientes mayores siguen surtiendo una receta durante décadas sin considerar si todavía la necesitan, dice Worz. Los estudios indican que algunos medicamentos, incluidos ciertos somníferos y medicamentos para la acidez estomacal, pueden volverse más riesgosos con el uso prolongado o a medida que envejeces.

“Siempre deberías evaluar tus medicamentos para ver si es hora de dejarlos”, dice Worz.

Pídele a tu proveedor de cuidados de salud o a un farmacéutico geriátrico que revise tus medicamentos al menos una vez al año, preguntando: “¿Hay algo que pueda eliminar?”. Solo recuerda siempre consultar con tu proveedor de cuidados de salud antes de dejar de tomar un medicamento.

Si tomas una gran cantidad de medicamentos o tienes un historial médico particularmente complicado, Worz recomienda que te pongas en contacto con un farmacéutico consultor que se especializa en revisiones de medicamentos para adultos mayores. Busca uno en tu área en helpwithmymeds.org (en inglés).

7. Error: tomas medicamentos con la comida equivocada

Algunos medicamentos no se deben mezclar con ciertos alimentos o suplementos, lo que hace que el tratamiento sea menos efectivo y puede provocar efectos secundarios peligrosos.

Los productos lácteos pueden interferir con la absorción de antibióticos, por ejemplo, mientras que un suplemento de fibra puede afectar la eficacia de la metformina, un medicamento para la diabetes.

Probablemente el ejemplo más conocido de un alimento que causa interacciones es el jugo de toronja. Si lo bebes mientras tomas ciertos medicamentos con estatinas para reducir el colesterol, puede que demasiado del fármaco permanezca en tu cuerpo, aumentando tu riesgo de daño hepático y muscular, lo que puede llevar a la insuficiencia renal, según la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA).

El jugo de toronja también interactúa con algunos medicamentos que los pacientes toman para la presión arterial alta, la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa y los ritmos cardíacos anormales.

8. Error: tomas tus medicamentos a la hora equivocada

Algunos medicamentos, como el medicamento para la osteoporosis Fosamax y el medicamento para la tiroides levotiroxina, necesitan tomarse con el estómago vacío por la mañana para asegurar una absorción completa. Otros son mejores para tomar en la noche, especialmente si pueden causar mareos o fatiga.

Los estudios muestran que muchos pacientes no toman sus medicamentos en el momento óptimo. Por ejemplo, los medicamentos para la acidez estomacal conocidos como inhibidores de la bomba de protones se deben tomar 30 minutos antes de una comida, pero los investigadores han descubierto que más de la mitad de los pacientes con acidez estomacal no siguen esa indicación.

“Muchos pacientes no están siguiendo las instrucciones de la etiqueta”, dice Barenholtz Levy. “Le pregunto a un paciente con qué frecuencia toma un medicamento, y puede ser que lo está tomando una vez al día cuando debería ser dos veces al día”.

Consulta el prospecto que viene con tu receta para ver si especifica una hora del día para tomarlo, o si debe tomarse con las comidas o con el estómago vacío, y asegúrate de seguir esas instrucciones, dice Worz. (Puedes encontrar prospectos de medicamentos en línea en el sitio web DailyMed -en inglés- de la Biblioteca Nacional de Medicina).

Aunque no se especifique una hora, puedes preguntarle a tu médico si hay un momento óptimo para tomarlo. En caso de duda, escoge el momento en el que sea más probable que recuerdes tomarlo.

9. Error: guardas tus medicamentos en el baño

Sí, muchos baños tienen un gabinete de “medicinas”, pero el baño es uno de los peores lugares para guardar tus pastillas, dijo Barenholtz Levy. “El término 'botiquín' es tan engañoso”, dice ella.

El calor y la humedad de tu ducha, baño o lavabo pueden dañar fácilmente las pastillas y cápsulas, haciendo que sean menos potentes o se echen a perder.

Además, evita la luz solar directa y las altas temperaturas, aconseja Barenholtz Levy. Nunca dejes tu medicina en un automóvil caliente o muy frío, y si viajas en avión, pon tus recetas en tu bolsa de mano, ya que el área de equipaje facturado no tiene control de temperatura.

Entre los buenos lugares para guardar medicinas en casa figuran un cajón de la cómoda o un gabinete de la cocina lejos de cualquier ventana, la estufa y el fregadero, o en una caja de almacenamiento o en el estante de un armario.

Si niños pequeños pasan tiempo en tu casa, asegúrate de que los medicamentos estén fuera de su alcance o guárdalos en un organizador de medicamentos a prueba de niños o en sus envases originales a prueba de niños.

(Consejo extra: si tu botella de pastillas tiene una bola de algodón metida en la parte superior, asegúrate de sacarla después de abrir la botella. Los Institutos Nacionales de Salud dicen que el algodón va a atraer humedad al contenedor.

10. Error: juntas tus medicamentos viejos en la nueva botella

Cuando obtengas tus nuevas pastillas, tirar las viejas en el nuevo frasco puede ahorrar espacio, pero hay razones importantes para mantener las pastillas en sus envases originales, dice Barenholtz Levy.

Para empezar, la etiqueta incluye información importante sobre el fabricante y el tipo de píldora que se metió en cada botella, dice ella. “Necesitas tener esa información en el caso de un retiro del producto o si tienes una reacción alérgica a las partes inactivas de la pastilla”, dice ella.

Qué tan rápido terminas tus pastillas también puede decirte cómo te fue con tus medicamentos mensuales, dice Barenholtz Levy. “Si llegas al final del frasco, te da una sensación de, ¿cómo me fue este mes?”.

(No olvides tirar los medicamentos después de su fecha de vencimiento, incluyendo los productos de venta libre).

11. Error: no tienes una lista maestra de tus medicamentos

Tener una lista actualizada de tus medicamentos puede salvarte de esos momentos de “Uhhh, ¿cómo se llaman?” y ayudar a prevenir interacciones peligrosas entre medicamentos. Mantén la lista a mano en tu teléfono o guarda una versión impresa en tu cartera en casos de emergencias.

Asegúrate de que tu lista incluya todo: medicamentos recetados, vitaminas, suplementos y cualquier medicamento de venta libre que tomas regularmente, como ibuprofeno, acetaminofén o pastillas para la alergia. No olvides los inhaladores, gotas para los ojos, gotas para los oídos y cualquier parche que uses para el dolor, mareos o terapia de reemplazo hormonal.

Además, tómate un momento para verificar que tu lista coincida con lo que está en el portal de tu proveedor de cuidados de salud. Considera compartir una copia con tu farmacéutico también, para que puedan agregarla a su sistema de computadora y detectar cualquier interacción potencial antes de que recojas tu próxima receta.

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