Vida Sana
Patricia Strauss, una viajera frecuente de 59 años, no se ve muy diferente de las demás personas en un aeropuerto, pero para la residente del área de Tucson, Arizona, a quien cuatro años atrás le diagnosticaron la enfermedad de Alzheimer, pequeñas cosas pueden crear grandes obstáculos.
Por ejemplo, ella no sabía que el baño que usó en un aeropuerto tenía dos salidas, y eso causó confusión y ansiedad —tanto para ella como para su esposo, Eric Burch— cuando salió por una puerta distinta a la que había entrado.
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“No hay ninguna duda de que viajar se ha vuelto un desafío para los dos”, dice Burch. “Ambos tenemos menos de 60 años y aparentamos ser perfectamente capaces, pero obviamente no es así”.
Según la Asociación de Alzheimer, millones de personas en Estados Unidos sufren algún tipo de demencia, que significa tener dificultad para recordar, pensar o tomar decisiones a un punto que interfiere con la vida diaria. El tipo más común de demencia es la enfermedad de Alzheimer, que, según estimaciones, afecta a 6.7 millones de personas en el país.
Para las personas con demencia —y sus cuidadores— viajar en avión no es fácil. Pueden experimentar confusión o perderse en un aeropuerto ajetreado y ruidoso. Tal vez no recuerden su empresa aérea o la puerta de embarque. Los problemas de equilibrio o percepción pueden aumentar el riesgo de caídas y hacer que les resulte difícil utilizar pasillos rodantes o vehículos.
Esto puede empeorar durante las fiestas, cuando la cantidad de personas que viajan es mayor. Se anticipa que en esta temporada festiva habrá un número récord de viajeros en los aeropuertos, y la AAA predice que entre el 23 de diciembre y el 1.o de enero viajarán 7.5 millones de personas por avión.
Gracias a algunos programas nuevos en los aeropuertos —desde Fairbanks, Alaska, hasta la ciudad de Nueva York y el aeropuerto de Gatwick en Londres—, la experiencia de viaje de las personas con demencia está mejorando un poco.
Ya son más los aeropuertos que en los últimos años han efectuado cambios para ser más amigables con las personas con demencia y han agregado servicios, como salas tranquilas, herramientas de orientación y baños con mesas para cambiar pañales de adultos.
Si bien la Ley de Estadounidenses con Discapacidades (ADA) no menciona específicamente la demencia, define una discapacidad como “un deterioro físico o mental que limita sustancialmente actividades importantes de la vida”. Además, la Ley de Acceso al Transporte Aéreo prohíbe a las aerolíneas discriminar contra viajeros con discapacidades y las obliga a ofrecer asistencia para el viaje.
“La industria está comenzando a comprender que, más allá de una discapacidad física, hay necesidades para las personas con discapacidades ocultas”, dice Sara Barsel, fundadora del Dementia-Friendly Airports Working Group, un grupo con sede en Roseville, Minnesota, dedicado al cabildeo y la defensa de derechos de las personas mayores en los aeropuertos. “Los aeropuertos son pequeños municipios y el costo del espacio es muy alto. Cuando les pedimos que agreguen zonas tranquilas, mesas para cambiar pañales para adultos o asientos especiales, estamos compitiendo con algo que genera dinero”.
El Aeropuerto Internacional Sky Harbor de Phoenix, en Arizona, tiene programas de capacitación para el personal de atención al público sobre la demencia y las señales a las que deben estar atentos, y también está creando conciencia sobre la enfermedad en la comunidad. En julio, el aeropuerto organizó un taller amigable con la demencia para la comunidad —el primero que se realiza en un aeropuerto— y tiene planes de llevar a cabo otro el 10 de enero. La concientización es clave, dice Monica Moreno, directora sénior de Atención y Apoyo de la Asociación de Alzheimer.
“Es realmente importante que las personas reconozcan que sufrir de la enfermedad de Alzheimer o de otras demencias no significa necesariamente dejar de viajar. Pero requiere que las familias planifiquen a fin de que el individuo esté seguro y todos se sientan cómodos, y la experiencia sea agradable para todos”, dice. “El aeropuerto puede ser un sitio que genera confusión”.