Vida Sana
Un reconocido grupo de investigadores acaba de compartirnos dos formas adicionales de reducir nuestro riesgo de demencia. Si podemos tomar esas acciones y reducir una docena de otros factores de riesgo, un número sustancial de casos de demencia podrían retrasarse o prevenirse. Esos factores de riesgo están asociados con hasta la mitad de todos los casos de demencia.
Cuando el grupo de médicos, epidemiólogos e investigadores de salud pública conocido colectivamente como la Lancet Commission on Dementia Prevention, Intervention and Care sugirió por primera vez en el 2017 que se podía reducir el riesgo de padecer demencia modificando algunos hábitos clave del estilo de vida, fue inesperado. ¿Podría comer saludable, hacer más ejercicio, moderar el consumo de alcohol y aumentar nuestra vida social, además de algunas otras acciones, realmente protegernos contra el deterioro cognitivo?
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Sorprendentemente, sí. Y los expertos del cuidado de la salud en la Lancet Commission tienen una montaña de datos de investigación para respaldar sus afirmaciones.
"Muchas personas... pensaron que era extremadamente radical", dice la Dra. Gill Livingston, líder de la Lancet Commission, profesora de Psiquiatría en University College London y miembro del Consejo Mundial sobre la Salud Cerebral, de AARP (en inglés). Pero la evidencia ha crecido con los años, dice ella.
El último informe de la Lancet Commission, publicado en julio, ahora enumera 14 factores de riesgo modificables (en inglés), cosas sobre las que realmente puedes hacer algo (aunque algunos factores de riesgo posiblemente van más allá del control de una persona).
“Los datos son bastante claros en cuanto a que controlar muchos de estos factores de riesgo [en la mediana edad] puede tener un impacto bastante significativo en el riesgo de demencia más adelante en la vida”, dice el Dr. Ian Grant, profesor adjunto de Neurología en la Facultad de Medicina de la Universidad Northwestern, que no formó parte del comité.
"Las personas con estilos de vida saludables... se demostró que no solo tienen un menor riesgo de demencia que aquellos con estilos de vida menos saludables, sino que también tienen un inicio de demencia retrasado, lo que resulta en más años saludables y menos años de enfermedad", escribió la comisión. Y para las personas con demencia, estos cambios de estilo de vida pueden "ayudar a maximizar la salud física y mejorar la calidad de vida".
A continuación, la lista de 14 factores de riesgo modificables, junto con lo que puedes hacer al respecto.
1. Pérdida de visión sin tratar. Realiza tus exámenes oculares anuales
De los dos nuevos factores de riesgo en el informe de la Lancet Commission del 2024, la pérdida de visión no tratada es posiblemente el más desconcertante. ¿Cómo puede llevar a un deterioro cognitivo?
"Cualquier tipo de lo que llamamos pérdida sensorial primaria, como la visión, es malo para el cerebro porque al cerebro no le gusta la falta de información", explica Grant. "Ese estímulo en el cerebro es importante para mantener ciertas conexiones".
El informe de la Lancet Commission encontró un riesgo aumentado de demencia asociado con dos problemas comunes de la vista: las cataratas, una opacidad del cristalino del ojo, y la retinopatía diabética, causada cuando el exceso de azúcar en la sangre daña los vasos sanguíneos en la parte posterior del ojo. Cuando se corrigen esos problemas, el riesgo disminuye dramáticamente. Más de la mitad de las personas con diabetes desarrollarán retinopatía diabética, la principal causa de ceguera en adultos en edad laboral.
2. Pérdida auditiva. Hazte una prueba de audición y consigue audífonos si los necesitas
La Lancet Commission considera que la pérdida auditiva es el mayor riesgo modificable de la demencia. ¿Por qué? "La pérdida de audición puede afectar el riesgo de demencia al reducir la estimulación neural general y al reducir la interacción social", dice Jessica Caldwell, directora del Women’s Alzheimer’s Movement Prevention and Research Center en Cleveland Clinic. “También es posible que la pérdida auditiva y la demencia tengan una causa común, como [cambios en los pequeños vasos sanguíneos del cerebro]”.
Según un estudio de JAMA de julio del 2023, menos de un tercio de las personas de 71 años o más con pérdida auditiva usan audífonos. Sin embargo, el uso de audífonos parece ser particularmente efectivo para proteger el bienestar cognitivo, según un informe de julio (en inglés) del Consejo Mundial sobre la Salud Cerebral, de AARP.
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